Siempre me ha gustado mucho el deporte, tanto practicarlo como seguirlo a través de los medios de comunicación. Durante años fui fiel lector y ocasional comprador -ya que desde muy temprana edad consumía información mediante su página web- del diario Marca, hacia el que sentía profundo apego y lealtad.
En verano de 2009 ocurrió, sin embargo, un hecho que cambiaría mi relación con el diario para siempre: el Real Madrid fichó a Cristiano Ronaldo, después de una procesión de noticias (más bien rumores) al respecto que duró más de un año. Comenzó entonces a desfilar un carrusel de portadas sin relación alguna con el deporte, exceptuando el hecho de que el centro de estos sucesos era Ronaldo. No sé si fue intencionado, pero Marca inició en el periodismo deportivo español el fenómeno del sujeto-noticia, que se puede resumir así: se elige a una persona, y a partir de ese momento todo lo que ocurra es noticia con nivel máximo de interés.
Periodismo de investigación made in Marca |
Algunas de estas anécdotas -pues realmente no merecen otro nombre- son: Cristiano se compra otro Ferrari, Cristiano discute en casa con su novia, conoce al perro de Cristiano Ronaldo; Paris Hilton (por entonces su reciente ex-novia), despechada, raja de CR9, el nuevo peinado "a lo tomahawk" de Cristiano... la gota que colmó el vaso llegó el 13 de julio de 2010, día anterior a la final del Mundial de Sudáfrica (España-Holanda), cuando compré el Marca buscando noticias sobre dicho evento. Las había, por supuesto, pero tuvieron la valentía de meter en la portada la maravillosa imagen que puede verse a la izquierda.
Con el tiempo la obsesión de Marca con Ronaldo disminuyó, pero tristemente sirvió como precedente: Marca, un año después, se dedicó a exprimir una nueva gallina de huevos de oro, Mourinho; y poco después el diario Sport comenzó el mismo proceso con el brasileño Neymar.
Durante estos años el periodismo deportivo fue cambiando paulatinamente de forma cada vez más rápida, hasta liberarse completamente de todo resto de periodismo. Ha triunfado la información deportiva new age, que da nueva forma al deporte mediante la unión de varias caras tan viejas como temidas: forofismo sectario y malintencionado, amarillismo, morbos varios de cualquier tipo... todo esto aderezado con titulares engañosos -cuando no directamente mentirosos-, bajo la filosofía de "le damos al público lo que quiere", olvidando la vocación de servicio del sector.
Así que hay que tenerlo bien claro: si buscas información deportiva, no lo hagas en un medio o programa deportivo. Estos están para dilucidar si tal deportista es buena o mala persona, las conspiraciones judeomasónicas existentes que impiden que un jugador alcance su justo y merecido reconocimiento o las fotos subidas de tono de la prima del conserje del piso en el que vive el entrenador del Despeñaperros FC. De deportivo, poco; y de periodismo, nada.